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jueves, abril 18, 2024

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200.000 personas afectadas por Alzheimer u otro tipo de demencia han dejado de recibir los servicios y atenciones especializados

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Redacción.-

Desde la Confederaci?n Españañola de Alzheimer CEAFA queremos poner en conocimiento de la sociedad que desde la entrada en vigor del estado de alarma provocado por la crisis del Covid-19 alrededor de?200.000 personas afectadas por Alzheimer u otro tipo de demencia han dejado de recibir los servicios y atenciones especializados?que ofrecen las Asociaciones de Familiares de Personas afectadas por estas enfermedades.

Las más de 315 Asociaciones confederadas, haciendo un ejercicio de?responsabilidad y compromiso social, y siguiendo las directrices tanto de las Comunidades Autónomas como del propio Gobierno central han cesado su actividad, lo que ha conllevado el cierre de los centros y recursos, el confinamiento domiciliario de los usuarios y la adopci?n de expedientes de regulaci?n temporales de empleo para más del 80% de los 4.664 profesionales que integran las plantillas de estas entidades sin fines lucrativos.

Somos conscientes que a la fecha de redacci?n del presente escrito se están dando ya los pasos oportunos para facilitar la vuelta a la ?nueva normalidad?, lo cual es un factor de optimismo que significa que se ve la luz al final del t?nel de esta crisis que nos está tocando vivir; pero tambi?n es el momento de plantear algunas cuestiones de especial relevancia para? el colectivo al que representamos y defendemos, y que deben tenerse en cuenta para?preservar la dignidad y el cumplimiento de los derechos de muchos miles de ciudadanos.

La reapertura de los centros de día terap?uticos, las unidades de respiro, los talleres de memoria, etc. deber? ser considerada como prioritaria desde el primer momento en que este tipo de instalaciones pueda reanudar sus actividades.

Con independencia de que el 90% de las personas con Alzheimer u otro tipo de demencia tenga una edad avanzada y, por lo tanto, sean consideradas como población de elevado riesgo de contagio de coronavirus, se considera fundamental que aquellas Asociaciones que están en disposición de hacerlo, puedan reabrir lo antes posible sus recursos, como manera de paliar la situación de deterioro incrementado que presentan la pr?ctica totalidad de las personas con demencia tras dos meses de confinamiento; adem?s, por supuesto, de los problemas de toda ?ndole que afectan a la persona que asume el cuidado principal.

El confinamiento ha supuesto la ruptura instant?nea de una rutina perfectamente asumida y asimilada por el paciente con demencia, quien ha visto trastocada su manera de vida: desaparici?n de horarios, no poder asistir al centro terap?utico de su asociación, no poder pasear (a pesar de estar contemplado en el correspondiente Real Decreto) sin ser increpado desde las ventanas y balcones, interrumpir sus terapias no farmacol?gicas espec?ficamente concebidas y dise?adas para afrontar sus necesidades, no comprender la raz?n por la cual su manera de vida se ha visto quebrada?, son, entre otros, motivos más que suficientes para comprender que el confinamiento domiciliario ha podido servir de barrera al contagio del Covid-19, pero, por el contrario, ha acelerado la evoluci?n de la demencia, con lo que se han perdido años de calidad de vida en tan solo dos meses.

Pero este confinamiento está provocando un profundo deterioro en la salud f?sica y psicol?gica de la persona que, conviviendo con el paciente con demencia, asume la responsabilidad de su cuidado y atenci?n. Si de por s? es dura y compleja la convivencia con un familiar con Alzheimer, más lo es cuando no existe ning?n momento de respiro en el día, cuando no puedes hacer entender a la persona enferma la nueva situación, cuando eres increpada e insultada por tus vecinos cuando, haciendo uso de tus derechos amparados en el Real Decreto sales con tu familiar cinco o diez minutos a tomar el aire? Como consecuencia de todo ello, se espera en el corto plazo un empeoramiento importante en la salud de miles de personas cuidadoras que prácticamente han sobrepasado sus l?mites durante estos dos meses de confinamiento. En este sentido, no se descarta que entre los problemas de salud a los que tengan que hacer frente, la demencia (o, por lo menos, el deterioro cognitivo) haga su aparici?n, incrementando la ya de por s? amplia incidencia de personas afectadas, y haciendo realidad lo que ya se ven?a advirtiendo desde muchos ?mbitos y sectores: la demencia es la pandemia del Siglo XXI.

En definitiva, los efectos que el confinamiento está provocando tanto en la persona enferma como en la que la cuida son argumentos más que suficientes para que los centros de día gestionados por las Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias no tengan la categorizaci?n de ?centros de mayores?, sino recursos terap?uticos cuya reapertura en los procesos hacia la nueva normalidad no pueden ni deben relegarse a los Últimos momentos o fases de la desescalada.

No obstante lo anterior, la reapertura de los centros terap?uticos de abordaje integral de la demencia deber? permitirse que se pueda realizar de manera progresiva y escalonada, teniendo en cuenta no s?lo las medidas b?sicas de higiene y de distanciamiento social que impidan nuevos contagios, sino la progresiva reincorporaci?n de los usuarios tras dos meses de confinamiento, y la recuperaci?n de los profesionales a la actividad, escalonando y adaptando su incorporaci?n a la de los usuarios, como premisa para mantener las ratios de calidad adecuadas, al tiempo que para garantizar la solvencia y la sostenibilidad de las entidades.

Recuperación de los centros terap?uticos de atenci?n a las personas con Alzheimer y sus familiares

Tal como se ha indicado más arriba, la pr?ctica totalidad de los recursos ofecidos por el tejido asociativo confederado llevan cerrados dos meses, desde la entrada en vigor del estado de alarma, lo cual ha conllevado la solicitud de ERTES para el personal y la desatenci?n f?sica o presencial de los usuarios.

La situación econ?mica precaria que atraviesan las Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias, as? como tambi?n su firme compromiso de recuperar su posici?n como estructuras de apoyo a miles de personas, todos los centros de atenci?n integral a la demencia habr?n de contar con los equipos de protecci?n necesarios, que deber?n ser proporcionados por las diferentes Administraciones públicas. Entre ellas:

  • Pasaci?n de test diagn?sticos tanto a los equipos profesionales como a los usuarios de los centros o recursos.
  • Dotaci?n de los equipos de protecci?n individuales en cantidad y calidad suficiente para que pueda darse en el centro una atenci?n personalizada adecuada minimizando el riesgo de contagios.
  • Mascarillas, guantes, viseras, etc. en cantidad y calidad suficiente para que pueda darse una atenci?n personalizada adecuada minimizando el riesgo de contagios.
  • Desinfecci?n integral de centros antes del reinicio de la actividad, y cuando sea necesario de acuerdo a los plazos racionales establecidos para ello.
  • Desinfecci?n integral de los vehículos de transporte adaptados de los que disponen la mayor?a de las Asociaciones, con car?cter previo y posterior a la prestación de los servicios del domicilio al centro y del centro al domicilio.
  • Dotaci?n de materiales de protecci?n adecuados para el personal que se ocupa del transporte de usuarios.
  • Para el personal que desarrolla y/o va a desarrollar atenciones domiciliarias, dotaci?n de los equipos de protecci?n individuales en cantidad y calidad suficiente para que pueda darse en el centro una atenci?n personalizada adecuada minimizando el riesgo de contagios.

Durante los dos meses que está durando el confinamiento, y a pesar del cierre de los centros terap?uticos de las asociaciones, los profesionales que han permanecido en sus puestos han desarrollado mecanismos de seguimiento y contacto peri?dico con los usuarios afectados por Alzheimer u otras demencias: contactos telefúnicos, correos electrúnicos, servicios de mensajer?a instant?nea, programas on-line de estimulaci?n, acercamiento de materiales de trabajo a los domicilios, visitas in situ, etc. Todas estas acciones (y otras) están sirviendo para mantener el contacto con las personas y prestarles el apoyo y atenci?n que las circunstancias permiten.

Esta atenci?n a domicilio que se está ofreciendo desde las Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer no se limita a actividades vinculadas exclusivamente con tareas de mantenimiento de condiciones de vida b?sicas, sino que se ha pretendido dar un paso m?s, trasladando a los domicilios de las personas afectadas la dimensi?n terap?utica que caracteriza a estas asociaciones.

En las fases de progresivo desconfinamiento desde las Administraciones deber? protegerse esta modalidad de trabajo por las siguientes razones.

En primer lugar, la atenci?n a domicilio, siempre, por supuesto, contando con las medidas b?sicas de protecci?n e higiene que reduzcan al m?ximo cualquier riesgo de contagio, será una manera de acercar a los usuarios de manera progresiva y escalonada a la nueva actividad en los centros, a los que probablemente les resulte complejo asistir de manera inmediata (una vez levantado el estado de alarma, de confinamiento y de vuelta a la nueva normalidad) bien por razones de salud, o simplemente porque todavía quedar? un razonable miedo o temor al contagio.

En segundo lugar, porque es una manera de buscar la ralentizaci?n de la evoluci?n de la demencia, facilitando el acceso a atenciones especializadas a cargo de profesionales de manera f?sica en el domicilio del usuario. Esta atenci?n tambi?n se dirige a la persona cuidadora, igualmente afectada por las consecuencias de la demencia. Porque uno de los elementos que caracteriza la acci?n de las asociaciones es la atenci?n integral al binomio formado por la persona que cuida y la persona cuidada.

En tercer lugar, porque esta f?rmula de atenci?n va a dar respuesta clara y eficaz a una cuesti?n que se va a plantear en muchos domicilios en el momento en que la persona cuidadora tenga que reincorporarse a su puesto de trabajo y su familiar enfermo no pueda acudir a ning?n centro y/o no pueda quedarse solo en casa. En buena medida esta atenci?n domiciliaria es una f?rmula adecuada para favorecer la conciliaci?n de la vida personal y de la vida laboral en unos momentos francamente complejos provocados por la crisis del Covid-19.

Recuperación de los profesionales en situación de ERTE de manera progresiva y escalonada

Tal como se ha indicado más arriba, la pr?ctica totalidad de los recursos ofrecidos por el tejido asociativo confederado llevan cerrados dos meses, desde la entrada en vigor del estado de alarma, lo cual ha conllevado la solicitud de ERTES para el personal y la desatenci?n f?sica de los usuarios.

En este sentido, y partiendo de la situación econ?mica precaria que atraviesan las Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias, pero tambi?n su firme compromiso de recuperar su posici?n como estructuras de apoyo a miles de personas, se deber? garantizar que todos los centros de atenci?n integral a la demencia puedan recuperar a su personal técnico o profesional actualmente en situación de ERTE, pero de una manera escalonada y adaptada a la capacidad operativa de los recursos para garantizar una adecuada ratio de atenci?n; la recuperaci?n inmediata del personal, sin el centro tener capacidad suficiente, aboca a la inmensa mayor?a de Asociaciones a su desaparici?n, provocando no s?lo importantes p?rdidas de empleo que deber?n ser asumidas por el Estado, sino, lo que es más preocupante, el cese de la atenci?n espec?fica y especializada a 200.000 personas, de quienes tambi?n tendr? que hacerse cargo un Sistema bastante maltratado por la crisis del Covid-19.

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