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sábado, abril 20, 2024

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Periodismo de calidad en tiempos de alarma

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En el plazo de muy pocas semanas, Españaña y el mundo entero se han sumergido en una pesadilla. La primera epidemia global en más de cien años ha provocado una psicosis colectiva sin precedentes, que aumenta día a día a trav?s del miedo que provoca la incertidumbre sobre el presente y el futuro. Nuestros allegados enferman y mueren. Los recuerdos de los encuentros con amigos y familiares quedan lejanos. El confinamiento multiplica la ansiedad. Una situación que parece no tener fin.

Pero la progresi?n del virus se contendr? -eso lo comprobaremos antes o despu?s-, con investigaci?n, con conciencia social y con medidas de prevenci?n y de aislamiento. Y tendremos que superar la del miedo, que atraviesa puertas y fronteras a una velocidad escalofriante. Superar esta Última precisar? de un esfuerzo colectivo sin precedentes en el que el papel de los medios de información, de los editores y periodistas, será esencial. S?lo proporcionando una información cercana, ?til, veraz, completa, r?pida, precisa y comprometida con los ciudadanos lograremos frenar el temor al contacto social. A la normalidad.

El periodismo es, sin duda, el mejor ant?doto contra la desinformación, los silencios y las mentiras que, premeditadamente, generan movimientos interesados en el desequilibrio de las instituciones. Intereses que se multiplican con igual rapidez que el propio coronavirus, generando una situación grave y confusa, da?ina para todos los que la estamos padeciendo.

Ante estas circunstancias, nuestra responsabilidad como editores y periodistas es más importante que nunca. Seguramente, el mayor reto al que nos hemos enfrentado desde la segunda guerra mundial. Los ciudadanos de todos los pa?ses tienen ahora no solo el derecho, sino la necesidad urgente de nuestro trabajo. Es verdad que nos encontramos ante una contingencia nueva y, por tanto, desconocida para todos, pero los medios de comunicaci?n hemos demostrado hist?ricamente que sabemos c?mo reaccionar ante este desaf?o; cuanto más complicada era la situación, más evidente ha sido nuestra capacidad de reaccionar, haciendo nuestro trabajo con más esfuerzo, más esmero, más seriedad y más eficacia.

Los periodistas y editores somos, antes que ninguna otra cosa, un servicio público de primera necesidad. Lo mismo que los médicos, los enfermeros, los fabricantes de material sanitario, los policías o soldados, los repartidores? estamos en la primera l?nea de este combate com?n, aun a costa de nuestra salud, conscientes de que tenemos el deber inexcusable de garantizar el derecho de los ciudadanos a saber la verdad. No otra cosa. La verdad de lo que sucede.

Por lo tanto, nunca como ahora hemos sido tan necesarios. Nunca como ahora ha sido tan evidente nuestra funci?n de cohesi?n social, de defensa del sistema democr?tico, de estámulo de la solidaridad y de la conciencia ciudadana. Nunca como ahora ha sido tan grande nuestro af?n de hacer el mejor periodismo. Nunca tan loable nuestro compromiso con la verdad; un deber social y ?tico inexcusable.

Y, pese a todo, nunca lo hemos tenido más dif?cil que ahora. La inmensa mayor?a de nuestros medios no son de titularidad pública, sino privada. Somos empresas que necesitamos recursos para hacer nuestro trabajo y prestar eficazmente nuestro servicio a la sociedad. El terremoto de internet y la terrible crisis econ?mica mundial, que comenz? en 2008, supusieron para la prensa libre y democr?tica de todo el mundo un golpe dur?simo y un reto sin precedentes. Muchos no sobrevivieron. Otros, emprendimos una dif?cil transformación profesional y estructural para adaptarnos a las necesidades informativas de una sociedad cambiante en sus valores, pero sobre todo en su tecnolog?a. A un ritmo sin precedentes. Tras años de sacrificios lo estábamos consiguiendo. Con enormes dificultades, pero viendo ya la luz al final del t?nel.

Y entonces llegamos a este nuevo escenario, de improviso, sin precedentes cercanos, casi con la virulencia y la rapidez de un rayo. Y se produce una paradoja perversa; el periodismo se hace más necesario que nunca, las audiencias se multiplican, pero nuestros medios de subsistencia se evaporan en días, y con ellos nuestro sustento para sobrevivir. La publicidad prácticamente ha desaparecido. Comprar peri?dicos es cada vez más complicado. El frenazo económico mundial, que apenas tiene precedentes en el tiempo que nos ha tocado vivir, nos ha afectado de una forma brutal. Precisamente ahora, cuando se nos exige ?y nos exigimos a nosotros mismos? más que nunca, tenemos menos medios que nunca.

Prestamos un servicio esencial en unas circunstancias tan excepcionales como las actuales. No podemos cesar en nuestra actividad. No podemos cerrar ni tomarnos unas semanas de descanso hasta que todo esto pase, porque eso ser?a traicionar a la sociedad que ahora mismo nos necesita de manera perentoria. Pero necesitamos encontrar soluci?n a nuestros problemas. Necesitamos financiaci?n a corto plazo, necesitamos liquidez, necesitamos un puente que nos permita llegar hasta el otro lado del río sin ahogarnos en el intento.

Ahora se ha de ver el compromiso con la libertad de expresi?n y con el derecho a la información de las autoridades, de los gobiernos, de las administraciones públicas y de organismos oficiales. Si de verdad creen ?y sabemos que muchos lo hacen? que nuestros medios, esos que mantienen 36.000 puestos de trabajo directos y 160.000 indirectos, no son s?lo necesarios sino indispensables para apuntalar la serenidad en una sociedad atemorizada; si están convencidos, como nosotros lo estamos, de que esa serenidad se logra con una información veraz, completa y recta; si no dudan de la necesidad que tienen los ciudadanos de disponer de medios sanos e independientes, entonces tienen la obligaci?n de posibilitar nuestra existencia y de permitirnos superar este trance facilitando nuestro trabajo. El sacrificio, el esfuerzo y la responsabilidad los estamos poniendo nosotros. Que nadie tenga la tentaci?n de confundirse: los medios de comunicaci?n constituimos un pilar esencial de la convivencia democr?tica, con nuestros errores y con nuestros fallos. Una sociedad sin medios solventes no podr? jamás sentirse una sociedad libre y en ella la convivencia estar? seriamente amenazada.

No estamos hablando de beneficios ni de cuentas de resultados. Ahora eso no importa. Hablamos de mantenernos vivos para continuar con nuestro compromiso de apoyo a los ciudadanos, a su dignidad, a la cohesi?n social, al sostenimiento de la democracia. Hablamos de poder seguir haciendo buen periodismo pese a las circunstancias, de continuar con nuestra labor, a?n a costa del enorme sacrificio que a todos se nos está exigiendo en este terrible trance. Hablamos, en definitiva, de que los medios puedan continuar con su compromiso irrenunciable en defensa de la libertad y del futuro democr?tico de nuestro mundo.

Fernando de Yarza L?pez-Madrazo

Presidente de la Asociación Mundial de Peri?dicos y Editores (WAN-IFRA)

3 COMENTARIOS

  1. Pero que me cuenta este se?or.
    Periodismo independiente en la secta con Ferreras de director y su troupe de socio comunistas alrededor ?. L@s vomitivos Wyoming, Pastor, Pardo, Mendiz?bal, Evole, Sarda, Mara?a, Cintora.
    La censura del grupo planeta siguiendo indicaciones de los suciolistos y unidas pandemia al sr Ussia en su columna diaria en La Raz?n ?
    Prensa libre independiente ?. No, prensa al servicio del gobierno, asquerosa y parcial.

    • Ahora en España?a el 85% de la información está al servicio del comunismo, porque si esta situación le hubiese tocado al PP, los movimientos informativos, enviados especiales a la sede, 10 horas diarias con el monotema en Tv, segimiento de politicos del PP por la calle, escraches en las casas de los de PP, amenazas de muerte en las paredes de las calles, manifestaciones por la gesti?n del PP subvencionadas, tertulianos podemitas y comunistas dando una opinion objetiva e imparcial en la cuatro, la sexta, telecinco, rtve, antena3 arengando a las masas en contra del gobierno, insultando y faltando el respeto, mintiendo…..

  2. Los medios de comunicacion dejaron de ser un pilar de la democracia cuando se convirtieron en herramientas de la politica para tapar y esconder cagadas de los politicos, cuando se utilizaron para matar social y politicamente al disidente, cuando falta la critica y está mas presente el pesebre de la publicidad institucional.
    Actualmente en la Moncloa se realizan mas esfuerzos por parte de Ivan Redondo a la propaganda que a ganar al virus, en cada tertulia sabemos lo que va a decir cada uno porque les conocemos y sabemos de que lado de la trinchera está. Es triste y frustante como nos intentan enga?ar tanto por un bando como por el otro, pero lo peor es el gobierno que utiliza la propaganda institucional como arma para ir contra la oposici?n.
    Teneis razon todos aquellos que imaginais como ser?a esta crisis si en vez del PSOE estubiera el PP en el poder.
    La izquierda en España?a tiene el monopolio mediatico y lo está utilizando sin ning?n escrupulo.
    Puedo defender la libertad editorial de los medios pero estos mismos son los que critican y censuran a medios de derechas. Parece que la única verdad la escriben desde los medios progresitas.
    La Sexta parace un medio dise?ado para un único fin atacar a la derecha da lo mismo que está en el gobierno o en la oposici?n desde el informativo hasta cualquiera de los programas de reportajes se tiene una intenci?n politica. Ferreras ya ha puesto en el gobierno a dos inutiles a su amigo de Leon Zapatero y a Sanchez.

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