Editorial: Tiempo de presupuestos, no de campaña electoral

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EDITORIAL
Si parecía que los desacuerdos únicamente iban a ser cosa de la política nacional, estábamos totalmente equivocados. Llega la hora decisiva para Medina del Campo, la de presentar los documentos más importantes del año y, a pesar de quedar lejos ya la Navidad -fechas que el equipo de Gobierno estipulaba para hacer público el primer borrador- se ha armado la ‘Marimorena’.
Ya no sólo es cosa de la oposición la de sentarse en la bancada de enfrente a la hora de la votación. Ahora, y por las declaraciones emitidas en los medios de comunicación por parte de diferentes portavoces municipales, todo apunta a que los propios socios de Gobierno serán quienes esquiven aprobarlos. Para todo hay excepciones y, volviendo a lo loable del lenguaje castellano y sus refranes, ya no se lleva aquello de “Dos que duermen en el mismo colchón, se vuelven de la misma condición”.
Ni siquiera una pandemia ha hecho que se renuncie a la “política de barrio”. En este momento clave para la economía local, en la que existen proyectos ambiciosos como el Simón Ruiz y necesidades tan sórdidas como las provocadas en el tejido industrial debido al coronavirus, se deberían aglutinar esfuerzos para llegar a acuerdos trascendentales que van más allá de intentar tumbar al partido contrario o ejercer de manera ilógica para conseguir un voto.
La Villa de las Ferias está en un momento en el que o despega, o se hunde. Por esa razón, se necesita que las 21 personas que se erigen como concejales del Ayuntamiento de Medina del Campo aboguen por las necesidades reales de la colectividad, y no intenten lucrarse por el bien personal. Si bien es cierto, una pataleta, la puede tener cualquiera. Ahora bien, cuando está en juego el futuro de una localidad de 20.000 habitantes, existe un problema madurativo de base.
Tener que llegar a la prórroga de los presupuestos del pasado año derivaría en una situación dantesca. Este arma de doble filo podría ser la perdición para Medina del Campo. Ahora bien, la tónica presupuestaria tampoco puede alimentarse de continuas modificaciones en cada pleno ordinario.
Es complejo entender cómo 21 personas no pueden abogar por distribuir adecuadamente 20 millones de euros… ¿será la fatiga pandémica?, ¿serán las lluvias continuas en Medina del Campo? Quién sabe.
Lo que está seguro es que hasta dentro de dos años no habrá elecciones, razón de más para centrarse en conjurar unos buenos presupuestos y dejar de hacer campaña electoral.
La Voz de Medina y Comarca