Un Coliseo rendido a los pies de La Faraona en Medina del Campo

0

P. De la Fuente.- Un 16 de mayo de 1995, España perdía a una de las artistas con mayor calado en la población, Lola Flores. Por su capilla ardiente desfilaron miles de personas sin freno. Imágenes que todavía hoy se pueden consultar, gracias a la cobertura mediática nacional e internacional que supuso su fallecimiento. 
Y es que La Faraona, nacida en Jérez de la Frontera un 21 de enero de 1923, hacía aflorar un interés intrínseco a su naturaleza allá por donde pasara. Su legado, además de contar con una carrera artística encomiable y anécdotas que ya forman parte de la cultura española, también dejó su huella en Medina del Campo.
Lola Flores, un 1 de noviembre de 1959 en Medina del Campo
El primer día de noviembre de 1959, María Dolores Flores Ruiz tenía una cita con los medinenses en el teatro-cine Coliseo. En un espléndido escenario, la gran estrella del cante y baile español presentó su espectáculo «Conjunto de Arte Español». La crónica de la época, que contaba con la pluma de Castañeda en el semanal de La Voz de Medina, relataba la simpatía y salero característico de La Faraona.
Tal es así que, al finalizar el espectáculo, la Flores llevó a cabo una entrevista con el semanario medinense. Aquellas preguntas de entonces, querían saber por qué esta gran estrella había pasado primero por Medina del Campo, antes de haber actuado en ninguna otra provincia, a lo que Lola contestó: «Realmente, el haber actuado en este teatro ha sido debido a que estamos esperando los pasaportes para la compañía y teníamos un día libre en nuestra ruta», se sinceró. Lo más significativo es que La Faraona  tenía prevista una sola fecha en España para aquel año, que fue la de Medina del Campo: «No actuaré este año ni quizá al que viene, ya que mis proyectos por el momento son el salir para el extranjero», espetó con sinceridad.
La Villa de las Ferias pudo disfrutar de un espectáculo único en España. Las instalaciones del Coliseo rezumaban aplausos y esplendor, al ver el calibre de esta genialidad. La crónica neoyorquina también barruntaba el dinamismo y color de sus espectáculos: «No canta ni baila, pero no se la pierdan».  Y así es como hoy se cumplen 25 años de la pérdida de una folclórica que supo hacer disfrutar al mundo entero, a España, y también a Medina del Campo.