Editorial

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Y ahora, qué
El pueblo de Medina del Campo se ha expresado y ha dejado clara su posición con tres mil personas en la Plaza Mayor, toda la Corporación Municipal, con los 21 concejales del Ayuntamiento diciendo “Queremos una Residencia Publica YA”.
En un país con una democracia sana, que escucha a los ciudadanos e interpreta su sentir, cualquier político, y en este caso la consejera de la Junta de Castilla y León, ha habría dado una rueda de prensa dejando claro que hay que hacer caso a los ciudadanos, y que en el próximo Presupuesto General de la Comunidad Autónoma se incluiría la correspondiente partida para para la construcción de la Residencia Pública; pero este país, en España, y más esta región de Castilla y León, algunas personas creen que están por encima del bien y del mal. Por ello ni siquiera se molestan para responder a los ciudadanos poniendo en duda su capacidad mental y su ignorancia a la hora de saber lo que quieren.
Y es que la consejera, bien por creerse nacida de la pata del Cid bien por autoproclamarse todopoderosa por desempeñar un cargo de relieve y el poder que del mismo emana, mantiene la postura de que la residencia tiene que ser privada.
Por ello no estaría de más preguntarse ¿qué cualificación tiene esta consejera para saber más que miles de ciudadanos?. Y, como respuesta, viendo su curriculo, se aprecia que ha desempeñado su vida laboral en un banco como responsable de fondos de inversión; y con respecto a la Tercera Edad también fue responsable de planes de pensiones. Total, que como suele ser habitual, no tiene ningún tipo de cualificación para el cargo que desempeña.
Tanta obstinación en privatizar servicios y residencias empieza a parecer sospechoso; pero, sin pensar mal, en un país acostumbrado a que las decisiones no razonables tengan extrañas explicaciones, el hecho de que una consejera se enfrente a sus administrados de esa forma tan descarada empieza a dar que pensar.
Por otro lado habrá que dar un tirón de orejas a muchos medinenses que faltaron en esa foto en la que nos jugábamos nuestro prestigio como comunidad, bien porque prefirieron pasear con su perro, ir de compras, quedarse en la cama o ir a tomar un aperitivo en vez de reivindicar sus derechos, dedicando a ello sólo 20 minutos de su tiempo, que eso era todo lo que pedían los convocantes de la concentración, no sólo para conseguir una Residencia Pública sino para demostrar que somos una sociedad avanzada que defiende sus derechos y no está dispuesta a que nadie gobierne a nuestras espaldas, ya que si permitimos tal injusticia que nadie dude que muchas otras vendrán detrás.
La Voz de Medina y Comarca