Editorial

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Pobreza energética
La crisis económica y los recortes introducidos por el Gobierno para paliar la misma, a su modo, se ha cernido de tal manera sobre los españoles que el grado de pobreza de los mismos es de los más elevados de la vieja Europa.
Ya no se trata de falta de alimentos, ni de remedios paliativos para que los niños con becas en los comedores escolares puedan llevarse algo a la boca durante las vacaciones, ni de dotar a las familias de una serie de ayudas que, en torno a los 400 euros mensuales, nada remedian salvo prolongar la agonía de millones de españoles que difícilmente podrán reinsertarse en la sociedad, una vez que la crisis concluya, si es que algún día lo hace.
Pero al margen de los que poco o casi nada tienen, existe una franja de población que se ha visto sumida, y más en invierno, por la ahora llamada “Pobreza Energética”, que al a fin y a la postre no deja de ser la pobreza con un calificativo. Y en esa franja se encuentran un buen número de personas que, pese a tener trabajo, no consiguen llegar a final de mes y si lo logran es a base de restringir el sistema calefactor de sus casas, viviendo medio a oscuras y padeciendo, además de enfermedades, la vergüenza, no de ellos sino del Estado que los ha llevado a tal situación. Son los “trabajadores pobres”
Por tal motivo, el Ayuntamiento de Medina, al igual que otros de diversos colores, echando el resto y detrayendo cantidades de cuantías que en principio deberían estar destinadas a otros fines, pone ahora en marcha un Plan Extraordinario de Lucha contra la Pobreza Energética de las familias de la villa, al que podrán acogerse no sólo aquellos que poco o nada tienen sino también los “trabajadores pobres” cuyas rentas se sitúen entre unos determinados parámetros.
Digno de encomio es el plan del Ayuntamiento por la buena voluntad que pone para remediar problemas que son competencia de otras Administraciones, utilizando para ello los recursos de todos y posiblemente con la protesta de algún descerebrado que reclame para festejos y saraos una mayor partida económica que la del pasado año, sencillamente porque no es solidario.
Pero por buena voluntad que ponga éste o cualquier otro Ayuntamiento, el problema de fondo sigue latente por el paro, los bajos salarios, las cortas pensiones y la falta de cobertura social del Estado, mientras al Gobierno se le hincha el pecho para hablar de “sus” logros macroeconómicos, olvidando que si a los problemas de injusticia social se unen los relativos a la territorialidad y al desapego de los ciudadanos por una España que sólo “ayuda” a unos pocos, podemos encontramos, y no tardando mucho, ante un estado fallido.
La Voz de Medina y Comarca