Editorial

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La mano negra
Como es lógico y procede en puridad cuando se representa a un municipio, el Ayuntamiento de Medina ha presentado alegaciones a las pretensiones de la Junta de Castilla y León para que devuelva los 38.846,74 que dicha Administración Regional abonó en concepto de pago de una primera certificación de las obras de la Residencia de Mayores de la villa, exigiendo a mayores el abono de los intereses legales.
Y no es que dichos gastos no se hayan ejecutado, sino que las obras no pudieron continuar por vicisitudes administrativas, cambios de “estilo” y concepción de lo que deben ser tales instalaciones, creadas por la Junta y no por el Ayuntamiento, que llevarán a éste, casi con certeza, a tener que abonar una indemnización de importancia a la empresa adjudicataria de las obras por la no ejecución de las mismas.
Sí es cierto que, al margen del concepto de Residencia que ahora impera en la Junta, ésta dejó de contemplar en sus presupuestos de varios años la cuota anual correspondiente de los 3.350.076,80 euros que tenía comprometidos para tal fin con Medina; y que si hay que indemnizar a la empresa adjudicataria “cada palo tendrá que aguantar su vela” y el pago correrá, en la cuantía que le corresponda, a cargo del Ayuntamiento y de la propia Junta.
Pero al margen de problemas administrativos normales, el tema de la Residencia de Mayores se ha encontrado con otras vicisitudes que podrían haber nacido, según asegura en sus alegaciones el Ayuntamiento, de la pérdida de la Alcaldía por parte del PP, a través de una “mano negra” que no termina de ejercer su influjo “en la sombra o al sol”, por razones políticas de oportunismo, que han llevado a los concejales Populares de la villa a realizar “seguidismo” de lo que dicen sus mayores, en detrimento de los derechos e intereses de los medinenses.
No es la primera vez que esa “mano negra”, desde una hamaca soleada en la costa o desde la oscuridad de un portal o un bar de extrarradio, cuando no desde el despacho de algún subalterno de alguna Consejería, que a más ya no llega, actúa en contra de los medinenses de la forma que siempre lo hizo: a mayor gloria de su egolatría, en el mejor de los casos.
Pero como con los intereses de Medina hemos topado y la “mano negra” va estando más cerca que nunca de la sobra, ya va siendo hora de que determinados concejales, si de tal cargo se precian, extirpen la misma de raíz para, con manos limpias, poder ponerse del lado de los medinenses y del propio Ayuntamiento para exigir lo que a Medina, por derecho y convenio firmado, corresponde: una Residencia.
La Voz de Medina y Comarca