EDITORIAL: Sacar los colores

0
“Sacar los colores” es una acepción que se utiliza cuando alguien dice la verdad en presencia de alguien que ha faltado a la misma. Éste parece ser el caso del concejal de Personal – y por extensión del Grupo de Gobierno del Ayuntamiento – que aseguraba que el sonómetro llevaba a disposición de los agentes de la Policía Local desde hace tiempo, cuando en realidad, minutos después de estas palabras, emitía una nota informativa interna en la que ponía este dispositivo de medición a alcance de los agentes autorizados para manipular el mismo, “a partir de este  momento”.
Todo ello ha sido consecuencia de la exigencia, por parte del sindicato mayoritario de la Policía Local, de poner en marcha este instrumento de medición, o en su defecto iniciar acciones legales, por vía penal, contra el responsable o responsables del desaguisado.
Por otra parte, y como de mediciones se trata, el impopular etilómetro con que cuentan los agentes locales, al parecer es meramente testimonial, ya que sus mediciones no son válidas a la hora de realizar una denuncia, por lo que se ven obligados los agentes a recurrir a la Guardia Civil para la prestación de este servicio dentro del propio término municipal. Y como quien no quiere la cosa, y a efectos de postergar, presumiblemente, la compra de uno nuevo, el Gobierno local anuncia que solicitará para tal fin una subvención a la Junta de Castilla y León. Un tipo de ayudas que por el precio que tiene el aparato, bien podría asumir el Ayuntamiento sin necesidad de recurrir a otras administraciones que están para otras cosas, entre las cuales figuran las grandes subvenciones y no nimiedades, naderías y futesas.
Si el Ayuntamiento ha realizado este desaguisado a efectos de no enfrentarse a los ciudadanos, ya que este tipo de aparatos y sus consecuencias son siempre impopulares, ha dejado de cumplir con su obligación. Y es que para el equipo de Gobierno, tan aficionado a buscar una buena imagen, las medidas impopulares no le encajan. Ni en el caso del alcoholímetro, ni en el del sonómetro.
Tras años de lucha y batalla, ya va siendo hora de que se encuentre el término medio, podría decirse justo, para que los ciudadanos puedan conciliar sus horas de sueño con el trabajo de la hostelería, sin sobresaltos ni para unos, ni para otros, siempre desde la generosidad.
Y es que Medina ya es una ciudad que requiere todo tipo de conciliaciones para que sus vecinos desarrollen, en estos y en otros muchos ámbitos, su vida con normalidad, sabiendo a qué atenerse y modificando para tal fin las ordenanzas municipales que sea menester.                                                                                                                                                           
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA