Coordinación policial

0

Editorial del 5 de enero  La Policía Municipal de Medina del Campo, con una plantilla diezmada, tampoco dispone de los medios necesarios para desarrollar su cometido. Sirva de ejemplo el etilómetro, inexistente; y el sonómetro para medir los ruidos que emiten determinados establecimientos, que se encuentra bajo llave para que no pueda utilizarse.No es infrecuente ver un par de vehículos de la Policía Municipal estacionados junto al Cuartel en el que prestan sus servicios, simple y llanamente porque no hay personal humano para patrullar por las calles de Medina.De esta forma, la seguridad de los ciudadanos queda casi sólo en manos del Cuerpo Nacional de Policía. Y todo porque el Ayuntamiento que preside el popular Crescencio Martín Pascual, ni completa las plantillas de agentes de la Policía Municipal, ni dota a los mismos de los medios necesarios para desarrollar su función, y cierra con llave, o al menos tolera, que el sonómetro permanezca “enjaulado”, nadie sabe con qué fin o afán.La responsabilidad es de quien es y las delegaciones en asuntos de Policía Municipal son siempre dudosas, ya que en última instancia ha de ser el regidor, quien sin hacer dejación de funciones asuma la responsabilidad.Quizás por esta falta de medios y de personal de la Policía Municipal, Medina del Campo ha llegado donde ha llegado, pues ha pasado de ser una ciudad tranquila a un pueblo en el que los robos y todo tipo de delitos, seguro, hacen subir la  media de la estadística oficial para estos casos.Por todo ello, ya va siendo hora de que el Ayuntamiento, y muy especialmente quien a su frente se encuentra, adopte las medidas para tener un sistema de seguridad que tranquilice a todos y a todas horas, ya que sería el colmo de las aberraciones que ni siquiera la Cabalgata de Reyes tuviese el número necesario de agentes para desarrollarse con normalidad.Si algún día el Ayuntamiento consigue tener agentes suficientes y la labor de éstos se coordina con la de la Policía Nacional, seguro que Medina del Campo volverá a ser una ciudad segura, tranquila y por la que se puede pasear a cualquier hora del día y de la noche sin necesidad de mirar quién viene por detrás para adivinar sus intenciones.Además, como el casco urbano va a aumentarse de forma considerable, tanto en lo residencial como en lo industrial, las medidas de seguridad habrán de ampliarse desde el Ayuntamiento. ¿O es que piensa el alcalde privatizar el servicio de vigilancia?LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA