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viernes, abril 26, 2024

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El primer exoesqueleto pediátrico del mundo llega al Hospital Clínico de Valladolid

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La Voz.-El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado la adquisición del exoesqueleto pediátrico ATLAS 2030, el primero en el mundo dirigido a mejorar la calidad de vida de niños y niñas con patología neuromuscular. Esta tecnología ha sido adquirida por el Hospital Clínico Universitario de Valladolid gracias a una inversión de 194.000 euros por parte del Gobierno autonómico y se enmarca en un proyecto autonómico de investigación para aprovechar esta tecnología.

Una tecnología nacida de una ‘spin-off’

El exoesqueleto es un producto único, que solo desarrolla la empresa Marsi-Bionics, creada como ‘spin-off’ del Centro de Automática y Robótica, vinculado al CSIC a partir de una investigación liderada por la ingeniera vallisoletana Elena García Armada, que está reconocida entre los 10 mejores científicos de España y que, entre otros muchos galardones, acaba de ser reconocida con el Premio Nacional de Discapacidad Reina Letizia en su categoría de Investigación e Innovación precisamente por este exoesqueleto pediátrico.

Mañueco ha indicado que su adquisición por el Clínico de Valladolid completa un círculo: surge un producto del talento científico de Castilla y León, se traslada al sistema de salud de Castilla y León, y llega a las personas de Castilla y León.

Este es otro ejemplo del compromiso de la Junta con un sistema sanitario de calidad, moderno y en continua evolución; en definitiva, del esfuerzo del Gobierno autonómico para incorporar la tecnología más avanzada, con un impacto muy positivo en la salud de las personas.

Inversión en alta tecnología

La Junta ha destinado ya 61 millones de euros a equipamiento y alta tecnología médica, y que seguirá fortaleciendo las estructuras de investigación biosanitaria. La investigación que va a realizar la Unidad de Rehabilitación Infantil del Clínico de Valladolid se enmarca en esta línea de avance: la de poner lo mejor de la tecnología al servicio de las personas.

El Gobierno de Castilla y León ya viene poniendo la tecnología al servicio de las personas en Educación, en digitalización de las aulas, en Servicios Sociales, con la teleasistencia avanzada gratuita y la robótica social; ahora pasa a hacerlo también en la Sanidad, dotando a los hospitales de Castilla y León de estas nuevas tecnologías; en este caso, para algo tan gratificante y a la vez emocionante como es mejorar la calidad de vida de las niñas y los niños afectados por estas enfermedades.

Estudio piloto

La patología neurológica compleja en población pediátrica incluye trastornos como la parálisis cerebral, que es la causa más común de discapacidad motora crónica en la infancia y que supone que entre 2 y 2,5 de cada 1.000 nacidos en España tiene esta enfermedad.

El estudio piloto, coordinado por el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha necesitado adquirir para su correcto desarrollo un equipo con un coste de 194.000 euros. Este exoesqueleto, que permite realizar la marcha en pacientes que no tienen esta capacidad, dispone de ocho motores sensorizados que aportan movilidad a los niños de entre un metro y 1,30 de estatura, que han perdido la capacidad de caminar debido a la debilidad o espasticidad muscular provocadas por lesiones cerebrales o medulares, u otras enfermedades neurológicas.

El modelo adquirido por Sacyl es un exoesqueleto de marcha que sustenta al niño desde el tronco hasta los pies. Entre sus ventajas se encuentra que no requiere control torácico y se le puede añadir un sistema de sujeción de cabeza, y que está compuesto por ocho articulaciones activas que aportan movilidad total en todas las direcciones. Además, las dimensiones del dispositivo son fácilmente ajustables al crecimiento del niño, y se coloca fácilmente en unos minutos.

Va acompañado de un marco auxiliar que se puede acoplar al exoesqueleto para garantizar la seguridad del paciente y aportar al niño la sensación de caminar por sí mismo, así como facilitar al terapeuta la posibilidad de interactuar con el paciente cara a cara, sin necesidad de mantenerse detrás sujetándolo. El exoesqueleto interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso.

La evidencia científica, según resaltan los profesionales encargados de este proyecto, señala que los tratamientos relacionados con la bipedestación, marcha (cuando sea posible), fortalecimiento muscular y estiramientos o trabajo de movilidad se repiten en las recomendaciones de los programas de rehabilitación de pacientes con estas patologías complejas.

Así, un exoesqueleto, cuya función principal es la realización de la marcha sin riesgo de caídas, compone una terapia que cumple con todas las recomendaciones médicas, ya que la marcha constituye un trabajo de bipedestación, fortalece la musculatura de los miembros inferiores y del tronco, y trabaja los miembros inferiores de cara a mantener la movilidad.

Beneficios

La robótica tiene la ventaja de realizar terapia orientada a tareas (caminar en este caso), que es repetitiva e intensiva, todas relacionadas con el estímulo de la neuroplasticidad. Caminar ha demostrado tener beneficios fisiológicos y funcionales, incluyendo la prevención de las contracturas musculares, el mantenimiento de la densidad ósea, la mejora del sistema cardiovascular y el sistema pulmonar.

Adicionalmente, la terapia de marcha produce un efecto más beneficioso en los menores con parálisis cerebral que la terapia convencional, y aporta una movilidad efectiva que beneficia las habilidades de los menores para interactuar y explorar el entorno. De hecho, los expertos entienden que una de las principales diferencias entre el ATLAS 2030 y otras tipologías de dispositivos robóticos es la movilidad por el entorno, de manera que esta movilidad efectiva y funcional beneficia las habilidades de los menores para interactuar y mejorar la participación en la sociedad, aumentando su motivación y adhesión al tratamiento.

Los diferentes estudios realizados hasta el momento indican que el uso de esta tecnología española refleja un aumento de la fuerza muscular en miembros inferiores, mejora del rango articular en articulaciones de cadera y rodilla, mejora de la función respiratoria, indicios de reducción de contracturas musculares y regulación del tono muscular, prevención o retraso de complicaciones musculoesqueléticas propias de las enfermedades neuromusculares y mejora en la capacidad de realizar actividades de la vida diaria, aparte de autoestima y bienestar.

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