Ahora que empieza la Semana de Cine, yo he empezado la mía propia viendo un corto clásico: Mouseland. Un corto que habla sobre un país de ratones gobernado por gatos. Lo curioso es que esos gatos han sido votados por los propios ratones, que un día se cansan de los gatos negros y votan a gatos blancos y luego con manchas o de colores y lo llaman “coalición». Pero siempre gatos, aunque algunos parecen ratones, pero comen como gatos.
Y a propósito de comer, he visto otro vídeo en el que un abogado nos cuenta que ya podemos comer Alphitobius diaperinus y Acheta domesticus como parte de algunos productos que ingerimos sin saber que esos ingredientes son escarabajo del estiércol y grillo doméstico.
No entiendo muy bien cómo cuadra eso de comer bichos extraños con la nueva ley de bienestar animal que llega incluso a prohibir la eutanasia de tus mascotas terminalmente enfermas. Una vez más, a los legisladores actuales se les ha ido la pinza. Por un lado abogan por la eutanasia de las personas y por el otro lado prohíben la de los animales, pero podemos comer grillos para compensar y volvernos como ellos, ya que si comes escarabajos del estiércol acabarás teniendo ideas de mierda.
Por otra parte, según esa ley de animales (y no lo digo por el objeto que regula sino por la mente que la parió) resulta que si te encuentras un ratón en un restaurante no puedes matarlo. Tienes que capturarlo cuidadosamente, esterilizarlo y volverlo a soltar donde estaba, o sea, en la cocina, al lado del bote de los grillos y escarabajos, aunque seguro que el ratón, capado pero libre, prefiere hincarle el diente a otros manjares que encontrará más suculentos. Y con el tiempo te ayudará a elaborar recetas interesantes, como el Ratatouille de aquella película. Vaya futuro, gobernados por gatos y comiendo escarabajos cocinados por ratones.
Rodrigo V.
