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viernes, marzo 29, 2024

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La brecha de género sigue inmutable tras casi diez años

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Redacción.-

  • Al cierre de 2022, la tasa de paro de las mujeres es 3,3 puntos porcentuales superior a la de los hombres: 14,6% frente al 11,3%
  • El porcentaje de hogares españoles con todos sus miembros en situación de desempleo crece un 7,1% en el último trimestre, superando el millón
  • Tras Grecia (11,4%), España (12,4%) es el país que mayor tasa de desempleo presenta en toda la UE

El empleo pierde impulso. Según los datos de la Encuesta de Población Activa del INE conocidos hoy, entre octubre y diciembre, la ocupación disminuyó un 0,4% respecto al trimestre anterior. Por su parte, el número de desempleados aumentó en 43.800 personas.

Durante el cuarto trimestre de 2022, el total de ocupados disminuyó en 81.900 personas y se situó en 20.463.900, un nivel de empleo similar al que se registraba en 2008. En términos desestacionalizados, la cifra de ocupados se mantuvo prácticamente plana: la variación trimestral fue de -0,01%.

La cifra de desempleados alcanzó los 3.024.000 en el cuarto trimestre, situándose la tasa de paro en 12,9%. El cierre del año ha supuesto un alivio para los agentes económicos y la constatación de la fuerza que tiene el mercado laboral. Los dos principales vectores de la economía, el crecimiento del empleo y el de la producción, alejan la sombra, de momento, de una recesión técnica y del estancamiento de la actividad.

Riesgos y desigualdades
Sin embargo, todavía hay riesgos a la vista. La reducción de la inflación podría aliviar la tensión de la economía en los próximos meses, no obstante, el índice de precios al consumo (IPC) subyacente, que excluye la energía y los alimentos, ya ha superado al IPC general. Por otro lado, los alimentos siguen anotando incrementos de sus precios mes a mes. En paralelo, la negociación colectiva ha conseguido, en términos generales, incrementos salariales, aunque estos han sido inferiores a la inflación media de 2022, que el INE estimó en el 8,4%, lo que ha supuesto una merma del poder adquisitivo de las familias.

Esta difícil situación puede afectar al mercado de trabajo y fomentar la destrucción del empleo con la reducción del consumo y la ralentización económica debido a los altos precios.

Los altos precios de los bienes básicos como los alimentos, unidos a la contención salarial, afectan en mayor medida a las clases sociales más vulnerables, particularmente a aquellos grupos históricamente discriminados. De todos ellos, el mercado de trabajo cuenta con una desigualdad que no ha conseguido cerrar en los últimos años a pesar de los esfuerzos: la brecha de género. Al cierre de 2022, la tasa de paro de las mujeres es 3,3 puntos porcentuales superior a la de los hombres: 14,6% frente al 11,3%.

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