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jueves, abril 25, 2024

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Superar miedos y fobias: propósito de año nuevo

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Redacción.-

Existen muchas personas con miedos y fobias a situaciones concretas, de manera que esto provoca limitaciones en su vida diaria. Para superar estos miedos y fobias, una de las técnicas más usadas en la terapia cognitivo-conductual consiste en la exposición a las temidas situaciones. Muchas personas intentan superar sus miedos mediante esta técnica sin apoyo psicológico, de manera que cometen errores. Por este motivo, en este artículo, vamos a conocer los elementos generales de este método.

Antes de utilizar la técnica de la exposición, se recomienda realizar un trabajo previo. En cualquier caso, el objetivo de la exposición es que la persona pueda controlar su ansiedad ante aquellas situaciones que le generan miedo mediante la tolerancia de la angustia sin evitarla hasta que va disminuyendo. La finalidad es que la persona observe que lo que teme no tiene un carácter tan terrible como pensaba inicialmente.

Técnica de exposición en vivo

Aunque existen diferentes tipos de exposiciones, nos centramos en la exposición en vivo, que es una técnica que genera:

  • Cambios a nivel fisiológico: la persona termina acostumbrándose a la situación que le genera angustia.
  • Cambios a nivel conductual: al presentarse la situación temida de forma repetida y que esta no vaya seguida de una respuesta aversiva, se extingue la respuesta que provoca ansiedad.
  • Cambios a nivel cognitivo: por el cambio en las expectativas

¿Cuáles son los factores previos a tener en cuenta antes de una exposición?

En la exposición los pensamientos catastróficos y las expectativas negativas generadas acerca de lo que ocurrirá adquieren mucha importancia. Por este motivo, es fundamental reestructurar esos pensamientos previamente y aportar nuevos pensamientos más positivos. Además, tener unas expectativas más realistas sobre lo que sucederá en la exposición va a ayudar a la persona a tener más control.

En este sentido, se debe iniciar un plan de exposición para describir claramente cuáles son las situaciones problemáticas, ordenándolas de menor a mayor ansiedad. Si no se organiza bien, pueden aparecer contratiempos que no garanticen el resultado deseado.

Es recomendable que la duración de las exposiciones sea larga, permaneciendo en ellas hasta reducir casi de forma total la ansiedad o un 50%. Cuando la ansiedad alcanza estos parámetros, permanecer ante la situación fóbica durante más tiempo no va a resultar más eficaz. En este sentido, es importante que no pase mucho tiempo entre las sesiones de exposición.

Por otro lado, la persona no debe evitar la situación temida, sino prestar atención a ella, ya que los pensamientos evitativos no van a contribuir al éxito.

En cualquier caso, no debemos abandonar la exposición. En algunos casos, aunque no es recomendable, se pueden realizar conductas de escape breves seguidas de la reexposición a la situación temida.

Para los pacientes la idea de la exposición puede provocar malestar. Por este motivo, los psicólogos ofrecemos herramientas al paciente antes de empezar la exposición, como las siguientes:

  • Técnicas de respiración
  • Técnicas de relajación
  • Reestructuración cognitiva
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