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miércoles, abril 24, 2024

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Al Margen – Veinte años no son nada

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Dice el tango que veinte años no es nada. Lo malo es cuando cumples tres “nadas” y compruebas ante el espejo que las nieves del tiempo platearon tu sien. Y de repente empiezas a sentir que es un soplo la vida y la tuya te la has soplado sin apenas darte cuenta y te queda bastante menos de la mitad por soplar.

Pero romper el espejo no te va a ayudar, así que te metes en la ducha con agua caliente y cuando sales el espejo está tan empañado que no te ves, con lo cual decides que acabas de cruzar el río Jordán tras ser bautizado y que aún eres aquel joven dispuesto a comerse el mundo. Un mundo que conoces y sabes manejar. Un mundo esperando que tú lo cambies y lo hagas mejor. Y entonces sales a la calle pero el mundo también ha cumplido muchos años casi de golpe y ya no es el que has estado manejando en las dos “nadas” anteriores. En poco tiempo todo se ha vuelto hostil. No es que los vecinos sean menos simpáticos. No es que tu ciudad esté peor que antes. Ni siquiera es solo cosa de tu país. Algo terrible ha pasado mientras dormías, soñando que vivías en un paraíso, y ahora no acabas de entender cómo te has despertado aquí y ahora, cómo ha cambiado el entorno, cómo es posible que tu idílica vida futurible se haya esfumado y amenaza con ser mucho peor, quién está destruyendo el escenario que tanto había costado fabricar y por qué.

La cuarta “nada” que ahora empieza no parece que vaya a ser la mejor, pero hay que vivirla, hay que intentar arreglarla, hay que hacer un esfuerzo con esa creatividad que tantas veces ha funcionado evitando problemas, hay que…

Hay que joderse, cómo se ha complicado el mundo y yo con estos pelos, plateando mi sien y sin posibilidad, como cantaba Violeta Parra, de “volver a los 17, después de vivir un siglo, es como descifrar signos sin ser sabio competente…”.

Rodrigo V. 

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