- El último encierro tradicional ha transcurrido a toda velocidad, pisando las primeras reses el tramo urbano a los 40 minutos de dar comienzo el festejo
- Un novillo se ha entrometido en las vías del AVE, donde dos operarios han tenido que subirse a un poste para evitar incidentes
Rondaba el reloj las 09.06 minutos cuando el último cohete rozaba el cielo medinense, dando comienzo al cuarto y último encierro tradicional al estilo de la villa, de estas Ferias y Fiestas de San Antolín 2022. Un festejo protagonizado por la velocidad, teniendo en cuenta que de los cuatro celebrados, este ha sido el que ha visto entrar a las reses más temprano por el tramo urbano.
A pesar de haber tenido una salida tranquila, los astados de la ganadería de Vellosino pronto han dado invites de escape, adelantando tres de ellos a los mansos a escasos minutos del comienzo del encierro. Ante esta situación, la labor de los caballistas y encerradores ha sido clave para reconducir a las reses, con el fin de encauzar a la manada hacia el Coso del Arrabal, como así ha sido.
Con todo, si en jornadas como la del 2 de septiembre hizo falta cerca de una hora para el traslado de la manada desde los corrales de «El Chucho» hasta el conocido como cruce de los Cuatro Caminos, en esta ocasión dicho tramo se ha completado en tan solo 10 minutos. Un punto clave en este encierro, teniendo en cuenta que en el cruce un toro ha caído al suelo, al estar algo ‘tocado’ por una cornada provocada por uno de sus hermanos. Justo en ese momento, dos toros negros junto a tres mansos han hecho amago de seguir otra senda, siendo nuevamente la labor de los caballistas esencial para poder recuperarlos. Así, en el comienzo de la urbanización Traselhombre, han logrado realizar una parada para reunir nuevamente a los seis novillos y ocho mansos.
En conjunto, y con una fuerte tromba de agua acompañando el momento, los animales han entrado galopando en el interior del túnel del AVE, ocurriendo en ese momento uno de los momentos más peligrosos, puesto que un novillo ha emprendido el ascenso a las propias vías férreas. Allí, la presencia de dos operarios ha llamado la atención del astado, haciendo que se emplazara en este punto. De hecho, ambos operarios han tenido que subirse a un poste para evitar daños mayores. Finalmente, la res ha tenido que ser anestesiada a unos 200 metros de la carretera de Campillo, tras abrir una puerta del vallado de las vías.
Pero, por otro lado, otro momento peligroso ha venido de la mano de otra res, que a escasos metros de dar comienzo su andadura por el embudo, se ha descarrillado, camino a Campillo. Los esfuerzos y trabajo de los caballistas ha posibilitado que, nuevamente, este quinto y último novillo de Vellosino entrara a las calles de la villa. Con todo, una hora ha sido suficiente para agrupar a la manada en el descansadero ubicado en la calle Ciudad Real. Justo a las 10.15, el descansadero volvía a abrir sus puertas para iniciar la segunda parte del encierro.
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