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viernes, marzo 29, 2024

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Medina del Campo: Entre taurinos y anti-taurinos lo único que queda es la libertad de expresión

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Vamos a intentar desgranar lo que es un periódico; por un lado están las noticias, que contienen los hechos con la mayor veracidad posible; por otro se encuentran los artículos de opinión, que reflejan como bien dice el nombre, la opinión de quien lo escribe. Caso aparte son las encuestas que consiste en plantear una pregunta y trasladar los datos recogidos de la misma, sea cual sea la opción ganadora. Hay colectivos más organizados, o simplemente más participativos, que pueden inclinar la balanza a uno u otro lado, así son las encuestas.

Qué duda cabe que entre los taurinos y los anti-taurinos hay una brecha insalvable, dado que unos quieren prohibir los espectáculos taurinos, y otros lo defienden con vehemencia como un evento cultural y arraigado en nuestras raíces, y ya sabemos que cuando hay una guerra, todos los que no están en uno u otro bando, son sospechosos de colaborar con el enemigo. Cada opinión se mira con lupa, y se pierde la perspectiva de lo que se lee.

En un artículo de la última corrida, donde se colgó el cartel de “no hay billetes”, se indignaron los anti-taurinos acusándonos de hacer apología del maltrato animal, cuando simplemente constatábamos un hecho. Posteriormente una encuesta, a toro pasado, donde preguntábamos ¿Ha respondido la afición taurina en Medina?, la mayor participación de un colectivo decantó la encuesta a que “no habían respondido”,  lo que provocó el enfado de los taurinos.

Punto y aparte queda la primera encuesta donde preguntábamos ¿Asistirá a los eventos taurinos?, el NO ganó de calle, y mientras aplaudían unos, los otros nos lo recriminaban, sin saber el gran favor que les acabábamos de hacer. Le comenté a una persona de mi confianza, “no saben que esta encuesta va a conseguir que la plaza se vuelva a llenar”, porque el hecho en cuestión generó un amplio debate, y movilizó a la afición que acudió en masa volviendo a llenar las gradas de la Plaza de Toros.

Entiendo que entre estos dos colectivos sea imposible la reconciliación, pero los espacios de libertad de expresión que proporcionan algunos medios de comunicación, se deberían emplear para dar argumentos en favor de sus ideas, porque cuando lo único que se le ocurre a alguien es ir directamente a la descalificación y al insulto, es un síntoma de falta de legitimad de su postura.

Fuera de esta “guerra” están aquellos que utilizan cualquier noticia para volcar sus frustraciones y envidias contra otras personas. Me aseveraba mi amigo Dani : “Tú eres tonto, porque dejas que se metan contigo en tu periódico, sea cual sea la noticia siempre te hacen un comentario despectivo”. La Voz de Medina digital se ha convertido en uno de los medios de más impacto en Castilla y León con un millón de páginas vistas al mes, y creciendo, lo que implica que cada comentario lo leen miles de personas, que despotriquen contra el director del medio, va en el sueldo, pero que ese espacio de participación, donde todo el mundo puede verter su opinión, sirva para vilipendiar a un empresario, persona pública, o simplemente alguien que en un momento dado merece una entrevista, sin ningún tipo de argumentos, amparándose en el supuesto “anonimato”, demuestra que tenemos mucho que aprender sobre la libertad de expresión. Y para muestra, cuando esa misma noticia aparece en la redes sociales, donde hay que identificarse, desaparecen ese tipo de comentarios, eso solo tiene un nombre COBARDES.

Javier Cuevas

10 COMENTARIOS

  1. Ante el maltrato animal, como puede ser una corrida de toros, no existe la libertad de expresión.
    Podemos debatir sobre los encierros, sobre los cortes, mejorar el trato al animal en estos actos, pero en las corridas no existe el debate. Es maltrato animal del cual se hace un espectáculo, y cada vez está prohibido en más municipios de España.

  2. Para Chencho: claro en los municipios que gobierna la ignorante y dictadora izquierda,no sé os ve manifestaros en las costumbres y el trato a las mujeres de los países que defendeis y que nos están invadiendo,sois unos vividores de las subvenciones del gobierno y solo engañais a los incultos y vagos ( lástima que es lo que más hay en este país)

    • Me preguntaba si aún podría haber un comentario más despreciable que el propio artículo, y el efecto, Palmeros lo ha logrado.

      PD: Que los taurinos tengan la desFACHAtez de chablar de subvenciones es de traca.

    • No asumas ni mi ideologia política ni lo que apoyo o , para tu información no soy de izquierda, así que has quedado tú como un paleto. Que esté en contra de las corridas no quiere decir que sea de izquierdas, que asumís pack de ideologías y la neurona no os da ni un poquito para tener algo de pensamiento crítico y pensar por vosotros mismos. Xao.

  3. La verdad absoluta sobre todo lo que es valorable moralmente y sobre todo lo que es políticamente correcto la tienen los mismos que no permiten que nadie piense lo contrario e imponen sus discursos supremacistas al resto por el simple hecho de que no les gustan las opiniones contrarias; esto se llama fascismo y lo practican los que intentan imponer sus ideas, como nuestro amigo «chencho», que no deja que nadie considere otra cosa que no sea lo que él ( o ella, o ello, o elle… vete tú a saber) impone que tienen que ser las corridas de toros sin admitir otra valoración. Todo muy tolerante! Pero los fascistas son los otros, que pena…

  4. Es una paletada propia de neandertales, pero vamos, que no hay problema, desaparecerá por su propio peso ¿a quién coño le va a gustar en estos tiempos que corren ver a un animal maltratado, sangrando etc etc y humillado por un señor vestido de mamaracho?

    Dice mucho de la apuesta de este ayuntamiento, en vez de apostar por Cultura se ha apostado por muchos toros (la plaza llena, pero con trampa, regalaban entradas tomando una caña), taburete, flamenquito… hasta las luces de adorno parecían de la feria de abril… en fin, probablemente tenemos lo que nos merecemos.

  5. Para palmeros: no asumas ni mi ideologia política ni lo que apoyo o , para tu información no soy de izquierda, así que has quedado tú como un paleto. Que esté en contra de las corridas no quiere decir que sea de izquierdas, que asumís pack de ideologías y la neurona no os da ni un poquito para tener algo de pensamiento crítico y pensar por vosotros mismos. Xao.

  6. Tere: respeto cualquier idea siempre y cuando no se haga daño a nada y a nadie, y las corridas de toros hacen mucho daño a los toros.

  7. Falacia «evento cultural y arraigado en nuestras raíces»
    1) Permita que le alerte del concepto de cultura. Estamos estilando, o poniendo de moda, el hecho de que haya distintas culturas: «la cultura del vino», «la cultura del aceite de oliva», «la cultura del pote gallego», «la cultura del ladrillo vitrificado», «la cultura del toro»,.. No estamos hablando de una serie de manifestaciones culturales sino de hábitos, de costumbres. A eso no se le añade el valor que todo alto cultural tiene que tener que es el de la transcendencia, y con ello aprender a solventar cuestiones o situaciones reales desde la ficción. Y eso es uno de los valores que principalmente la cultura, la educación, la literatura, la pintura, o la música pueden transmitir a los más jóvenes. Cuando nos acercamos a obras infantiles, procedentes de muchos lugares diferentes, se evita el trato de la violencia, y si está aparece lo hace de una manera negativa. Con el ‘mundo del toro’ esto no es así.
    Por conclusión, hay un termino muy interesante que es el del ‘toro bravo’ (termino, sin el menor rigor en la biología). Un animal que se ha seleccionado primero por fortaleza y luego de entre los que presentaban un temperamento más agresivo, y al que luego de forma cognitivo-conductual se le potencia para tener un carácter o un comportamiento que le haga “valido para la lidia», y lo que conlleva de tortura, escarnio, mutilación y humillación en todas su fases incluso después haberlo matado.
    No puedo estar de acuerdo en que se formule como una forma cultural o artística,. No lo puedo estar por mi misma. No lo puedo estar por la idea de transmisión de valores cívicos, y que los actitudes negativas que no deseen que se perpetué ni asociados a mi, ni asociados a mi pueblo, ni a mi tierra, ni a ninguna de las cosas que valoro tenga que ver con nada de lo que encuentro en esos festejos tradicionales.
    2) arraigo en la cultura:
    La primera referencia histórica de una corrida data de 1080, como parte del programa de festejos de la boda del infante Sancho de Estrada en Ávila.
    La reina Isabel la Católica rechazó las corridas de toros, pero no las prohibió, mientras que el emperador Carlos V se distinguió por su afición y mató un toro de una lanzada en Valladolid para celebrar el nacimiento de su hijo Felipe II, en cuyo reinado se promulgaron las primeras condenas eclesiásticas.
    Los falsos argumentos en defensa de las tradiciones para justificar la tortura de los toros no justifican de ninguna manera ningún acto basado en el suplicio gratuito ni de una vaca, ni de otras especies animales, pero el abuso sistemático de animales de cualquier especie acaba insensibilizando a la población ante el sufrimiento animal, permitiendo, por ejemplo, incluso encierros de avestruces , o incluso de cachenas, búfalos y otros rumiantes en Nava del Rey (organizado por ya sabemos quien), sin tener en cuenta las consecuencias sobre los animales participantes y sobre los que acuden de buena gana a este espectáculo cruel y degradante. En 1565 un concilio en Toledo para el remedio de los abusos del reino, declaró las funciones de toros “muy desagradables a Dios”. Es lugar común, muy empleado por la clase política local, entre quienes defienden esta barbarie, el relato en el libro de Las Fundaciones (1579) de San Teresa de Jesus de un encierro de toros para por la noche, antes del alba,para ser usados en un festejo en agosto de 1567, para justificar los actos que se realizan 450 años después. Sin embargo luego olvidan que unos meses depués el Papa Pío V promulgó la bula De Salutis Gregis Dominici, pidiendo la abolición de las corridas en todos los reinos cristianos, amenazando con la excomunión a quienes las apoyaban. Su sucesor Gregorio XIII modera el rigor de la bula de San Pío V, conforme al deseo de Felipe II de levantar la excomunión. En 1585, Sixto V vuelve a poner en vigor la condenación, que a su vez es nuevamente cancelada en 1596 por Clemente VIII. Felipe III renovó y amplió la plaza mayor de Madrid en 1619, hasta alcanzar una capacidad para más de 50.000 espectadores (en un momento en que la población de la capital era de 100.000 habitantes), y Felipe IV, además de alancear toros y matar uno de un arcabuzazo en la Huerta de la Priora, estoqueó a muerte a más de cuatrocientos jabalíes en un festejo. (Igual esto, para el año que viene)
    A finales del s.XVIII, una iniciativa para civilizar las costumbres del país del Conde de Aranda, ministro del gobierno ilustrado de Carlos III, desembocó en la promulgación en 1778 de la Real Orden que prohibía las corridas de toros de muerte en todo el reino, con excepción de aquéllas destinadas a sufragar, “por víía de arbitrio”, algún gasto de utilidad pública o fines benéficos, siendo éstas prohibidas también posteriormente por la “pragmática-sanción en fuerza de ley” en 1785. En 1805, otro real decreto de Carlos IV reiteraba la abolición de las corridas de toros en España y sus territorios de ultramar. Prohibición que dejó de ser efectiva con Fernando VII, el rey absolutista que restaura el tribunal de la inquisición y da su apoyo a las corridas, mientras suprime las libertades y la constitución de 1812, quine cierra las aulas de la Universidad en todo el reino, al mismo tiempo que crea, en 1830, la primera escuela de tauromaquia en el matadero de Sevilla.
    El deseo de la mafia taurina de afianzar su poder e imponer su espectáculo a toda costa a la población española incrementa el ritmo de construcción de circos de muerte a lo largo del siglo XIX (en respuesta a la prohibición legal de las corridas), en cuyo período se erigen y se aumenta la capacidad de la mayoría de los que hoy están en uso. Provocando el apasionado clamor literario de la poetisa española Carolina Coronado (1823-1911) contra la profusión de circos taurinos, en su poesía Sobre la construcción de nuevas plazas de toros en España.
    Durante el siglo XIX se regula la matanza de los toros al margen de la ley, publicándose en 1836 la Tauromaquia completa, mientras se organizan espectáculos en los que participan perros y otras especies animales (leones, tigres. y otra fieras), al más puro estilo del antiguo circo romano, como el enfrentamiento que tuvo lugar en Madrid entre un toro y un elefante en 1898.
    La muerte de miles de caballos, horriblemente destripados, convierte las corridas de toros en verdaderas carnicerías que acaban reduciendo la población equina a la mitad en el último tercio del siglo XIX, lo que motiva la introducción en 1928 del peto, una colcha protectora de invención francesa, que no elimina el sufrimiento del caballo, pero evita herir la sensibilidad de los espectadores que menos toleran la sangre del equino.
    Los ganaderos manipulan el comportamiento y la fuerza del toro reduciendo su tamaño y «fabricando» un animal acomodaticio por medio de sucesivos cruzamientos para adaptarles al ritual taurino moderno (toreo a pie; o corrida actual)
    Pablo Iglesias (1850-1925) desde la fundación del PSOE condena públicamente las corridas de toros; pero será su propio partido el que las legaliza de nuevo en España mediante el Real Decreto 176/1992, de Juan Carlos I, que, lejos de tipificar la crueldad como delito establece las medidas para fomentar la barbarie taurina “en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta de los toros”, especificando las características y el tamaño de las armas, legalmente homologadas, que los verdugos deben emplear para torturar a sus víctimas, como las banderillas; más largas que hace dos siglos, las banderillas negras (que reemplazaron a las de fuego con cartuchos de pólvora), para aterrorizar al toro manso que no colabora con sus verdugos, así como la puya o pica, la espada o estoque y la puntilla propia del matadero y el arsenal taurino.

    3) A mi me irrita especialmente la defensa de posturas que ante todo el mundo parecen inexpugnables salvo a habitantes de alguna tribu extraña, como la de los participantes y asistentes corridas de toros, o la mutilación genital femenina en el África Occidental, Sudán, el Cuerno de África y Yemen, o el turismo pedófilo en Asia, las peleas de caballos en Filipinas, o el sistema de castas en la India o en Japón (con los burakumin) .. todas esos actos que son realizados por una única tribu y que el resto de la humanidad ven con repugnacia moral. A veces se ha tratado de explicar que estas practicas tienen sus justificación el carácter de las propias personas que forma la tribu y que es algo consustancial, y tan integro (interior) que no puede ser rebatido y mucho menos prohibido.
    Antes de que existiera la televisión, el cine, los partidos de fútbol, las discotecas, ni videojuegos,.. la única diversión pública que existía en Europa era la diversión de animales humanos y no humanos. Las ejecuciones no se realizaban en un sótano, se mostraban a público, como en la Torre de Londres o en Tyburn Tree, o también en la actual Plaza de la Concordia de Paris (que tuvo que ser ampliada para dar cabida a los asistentes). En España a los herejes que quemaba La Inquisición no los quemaba en el sotano, lo hacían en la plaza mayor para que lo viesen todos. Las corridas de toros, tampoco tiene nada de genuino español, porque había en todas partes, en Austria (Viena, posee una calle de los toreros en su casco viejo), en Inglaterra hasta bien avanzado el siglo XIX era el país en que más corridas de toros tenían lugar con un montón de variantes, con perros contra toros, a cual más sanguinaria y más divertida para el espectador. La tortura de toros, osos, caballos, perros, gatos, de grandes felinos era algo habitual. Si ahora acudimos a la situación actual, es que nos amos cuenta que este movimiento intelectual, estético y moral que hubo en otros países que fue la Ilustración, en España llegó tarde, mal y con retraso. Y por eso en España todavía no se ha llegado a prohibir, o tener un rechazo lo suficientemente elevado para que pueda serlo al igual que hicieron los países donde antes llegó el liberalismo, y que prohibieron. Porque hoy todavía hay quien pervierte este termino con es hacer aquello que se quiera. Cuando una vaca no puede hablar, no puede realizar ecuaciones matemáticas, no puede componer sinfonías pero si puede sufrir como nosotros, tiene el mismo sistema límbico que nosotros, la misma corteza cerebral,. Tos los mamíferos tenemos el mismo sistema cerebral y todos tenemos la capacidad de sufrir. Que u animal, sea torturado en público para regocijo de una chusma soez y grotesca que encuentra placer en ello es algo que perdura en eso que Josep Ferrater Mora denominaba «bolsas de crueldad»
    Es una caricatura del liberalismo decir que consiste en la libertad de torturar al prójimo. El liberalismo consiste que en la libertad de que los ciudadanos adultos y capacitados puedan realizar entre ellos transacciones voluntarias de distinta naturaleza entre ellos.

    Sobre los insultos:
    Efectivamente creo que hay que evitar insultar a los pueblos. Hay que evitar insultar medinenes, castellanos y españoles ídentificándoles con una barbaridad tan execrable como las corridas de toros. No se merecen un insulto tan grande. Creo que es una postura ejemplar que haya conciudadanos que deseen limpiar ese mal nombre que tienen por cuenta de una tradición tan infame.
    También leo que no le gusta que no se lo pongan en su feisbuk. Hombre, yo creo que todavía hay medineneses, más de los que ud cree, que tienen un poco de respeto por mi mismo y claro, no tienen ningún interés en que se les relacione con usted apretando en +añadir amistad para poder comentar sus desvaríos egocéntricos con gran carga de miseria moral e intelectual.

    Aplíquese:
    Jesús Quintero sobre la responsabilidad de los medios (septiembre de 2009): «¿te imaginas que utilizara este micrófono y estas cámaras para atacar a todos los que me atacan? ¿Que insultara a los que me insultan? ¿Que declarara la guerra a mis enemigos y a los enemigos de mis amigos? ¿Que mintiera y manipulara para defenderme o defender a mis colegas por indefendibles que fueran sus actos o sus palabras? ¿Imagina que utilizara un instrumento tan poderoso como la televisión para mis guerras personales? ¿Para machacar cruel y sistemáticamente a los que no me gustan? ¿A los que me estorban? ¿A los que no se someten a mis caprichos? ¿A los que no me tragan? ¿Los que no me ríen las gracias o simplemente me caen mal? ¿Te imaginas que, con la fuerza que tiene la televisión, yo te señalara desde aquí con mi dedo acusador y le gritara a la audiencia «¡A por ella!, ¡a por él!» ¿No te parece que sería indecente, canalla, inmoral, un abuso de poder; una imperdonable falta de ética, de clase, de estilo, de profesionalidad, de humanidad? ¿Sí? ¿Te lo imaginas? Pues no idolatres ni aplaudas a los que lo hacen constantemente. ¡Ya está bien!»

    PD: A su edad, convendría ir distinguiendo entre envidia y desprecio. Que eso es de 1º de cotolengo.

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