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viernes, marzo 29, 2024

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Puerta grande para Manuel Escribano y Ginés Marín en la primera corrida de la Feria de San Antolín

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De la Fuente-. La expectación estaba servida. Las corridas de toros volvían a coger forma en Medina del Campo tras un importante parón de cerca de siete años sin programarse. Razón de más para estar impacientes y ser testigos de uno de los carteles que se venía prometiendo desde el inicio de año. En las calles se anunciaba que los toros de «Los Chulas» iban a ser los que ‘abrieran boca’ en la primera tarde de luces, algo que también despertó -todavía más- las ganas de ir a los toros, teniendo en cuenta que la ganadería de los Hermanos Martín Alonso forma parte de la comarca medinense.

Con todos estos alicientes, el albero volvía a ver el desfile de manoletinas y medias rosas en el que las monteras tuvieron la suerte de caer boca abajo, teniendo de fondo los vítores de los aficionados y la exquisita melodía de la Banda Municipal de Música. Manuel Escribano, López Simón y Ginés Marín emprendieron, desde el propio paseíllo, la redacción de un nuevo verso más en la histórica taurómaca de la Villa de las Ferias, que remataron a golpe de excelentes banderillas, una delicada destreza con la muleta y soberbia torería con el capote.

Y la tarde comenzó con un Escribano entregado a la causa, recibiendo al morlaco de los Martín Alonso por larga cambiada. Tras el quite por chicuelinas, el sevillano cerró la faena colocando cuatro espectaculares pares de banderillas de frente, al quiebro y citando desde la barrera, como prolegómeno de la estocada y descabello final que le dieron las dos orejas.

En lo que la afición coincidió, y así se demostró en la ovación durante el arrastre, es que López Simón se había llevado el mejor toro del lote. La res de los Hermanos Martín Alonso, por nombre «Segador», entro con trapío a la muleta de un maestro en esta suerte. Con ‘olés’, el madrileño sacó a los medios a un toro castaño claro de excelente presentación. Con todo, y con el tendido rendido a sus pies -que descalzos pisaban la arena del coso-, tuvo mala suerte en la espada, yéndose sin premios concedidos por la Presidencia.

La tarde iba cayendo cuando Ginés Marín brindó al público el tercero de la tarde. A base de naturales, el diestro supo entender a la res con elegancia y torería, rematando la faena con la espada. En los tendidos, comenzaron así las primeras broncas con el Presidente, al entender la afición la presura desmedida a la hora de conceder orejas (…)

Ficha del Festejo

Seis toros de la ganadería de los Hermanos Martín Alonso

  • Manuel Escribano. Dos orejas | Dos orejas
  • Alberto López Simón. Ovación | Ovación
  • Ginés Marín. Dos orejas | Dos orejas

Más información en la edición impresa de La Voz de Medina y Comarca

 

 

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