Redacción.-
Varios usuarios tuvieron que frenar y modificar su trayectoria aunque no hubo que lamentar daños personales ni materiales
Todo indica que fue un despiste no intencionado al coger erróneamente un ramal prohibido de acceso a la autovía
El conductor ha sido investigado por un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria
La Guardia Civil del Subsector de Tráfico de Burgos ha interceptado un vehículo que circulaba en sentido contrario e investigado a su conductor, de avanzada edad, como presunto autor de un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria.
Los hechos ocurrieron a las 12:10 horas del pasado miércoles 30 de junio, cuando una patrulla motorizada del Subsector de la Guardia Civil de Tráfico de Burgos se encontró de frente con un turismo que circulaba en sentido contrario hacia Burgos por la autovía A-1, en el conocido Nudo Landa a la altura del kilómetro 235, en las proximidades de la capital.
Las motocicletas oficiales maniobraron rápida y eficazmente para intentar detener la marcha del infractor y a la vez advertir con señales acústicas y luminosas a otros usuarios de la vía de la presencia y circulación antirreglamentaria de éste; varios se vieron obligados a frenar y modificar su trayectoria.
El turismo, que circulaba por su derecha -ocupando el carril izquierdo siguiendo el sentido normal de marcha hacia Madrid- fue interceptado a dos kilómetros del lugar donde se le percibió por primera vez y reconducido fuera de la vía a un lugar seguro, para retirar el peligro que suponía su presencia en ese punto para la seguridad vial.
Las diligencias practicadas indican que todo fue fruto de un despiste no intencionado; por error accedió, antirreglamentariamente, en sentido prohibido a la A-1 desde alguno de los ramales que existen en la vía de servicio del polígono adyacente que existe en el Alto de la Varga, para dirigirse a Burgos.
A pesar de la grave imprudencia, afortunadamente no hubo que lamentar daños personales ni materiales; no obstante se han instruido diligencias que serán entregadas en el Juzgado de Instrucciónónón Nº 4 de Burgos.
Acabo de conocer lo que ocurrió en febrero: el fallecimiento de Julio Fernández Tomé.
Lo he sentido mucho. Le conocí siendo ambos estudiantes de medicina en Valladolid. Llevo más de 50 años que no contactaba con él, pero en honor a la verdad debo decir que era portador de grandes valores: Él amaba Españaña y ejercía con gran eficacia sus virtudes de divulgador del conocimiento para beneficio de sus conciudadanos. Eran sus prioridades. Siempre divulgando para beneficio de los que no habían tenido la fortuna de haber podido estudiar. Era un español «de lujo». Ojalá surjan nuevos españoles del mismo calibre.