Editorial
Terminan las elecciones a la Comunidad de Madrid con una campaña y resultados que dejan múltiples lecturas para los seguidores de la política. Pero no sólo para los más adeptos de la política, pues los ciudadanos han tenido que seguir unos comicios que se planteaban en clave nacional, en muchos casos con la frustración de observar un aire beligerante alejado de los habituales valores democráticos.
La aplastante victoria de Isabel Díaz Ayuso ha sido una bocanada de aire fresco para el Partido Popular, que obtiene una alegría tras mucho tiempo a remolque. Se trata de una victoria que, lejos de los eslóganes pregonados de “comunismo o libertad”, tiene que ver más con la valentía de la señora Ayuso, que se ha atrevido a ir a la contra de unas normas que impedían a los ciudadanos llevar a cabo algo básico, trabajar para sacar adelante a sus familias. Lejos de valorar los resultados de la estrategia llevada a cabo hasta el momento presente, romper el tabú imperante de elegir entre economía o salud ha sido valiente, y ese es un valor que sí tienen en cuenta los ciudadanos.
El partido socialista se ha visto superado a su izquierda, algo pésimo para los intereses de un partido histórico que ha llevado a un líder con falta de carisma. Sin embargo, los resultados del PSOE no vienen directamente por la elección del candidato, sino por los propios errores del partido en el Gobierno, que se aleja de los ciudadanos con noticias como las subidas de impuestos no precisamente destinadas a los ricos. No sólo eso, sino que los socialistas deben revisar su política de pactos a nivel nacional, ya que depende de partidos que son un imán de odio para buena parte de los españoles.
Respecto a Ciudadanos, se ha puesto sobre la mesa el inicio de su desaparición. La poca autocrítica mostrada tras los resultados deja entrever además el enfado de muchos de sus partidarios y es previsible una desbandada, si esta no se ha producido ya.
Otro de los destacados titulares de las elecciones ha sido la marcha de Pablo Iglesias, algo que estaba destinado a suceder más pronto que tarde, y que ha precipitado los resultados tras las elecciones. Podemos debe plantear su discurso y planteamientos, pues en la actualidad su política trae más odio que apoyos, y algunos partidos regionalistas con un ideario similar le están comiendo terreno.
Y es en las formas y en la moderación donde Más Madrid ha sabido ganar adeptos, pues las iniciativas que trae consigo no difieren demasiado de las propuestas de su brazo fundador.
Bajo toda esta nueva perspectiva que nace tras las elecciones, cabe preguntarse si veremos en la totalidad de Españaña unos resultados “a la madrileña”.
La Voz de Medina y Comarca
