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viernes, abril 19, 2024

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Sube la tensión en Madrid

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Editorial

Llega el periodo electoral a la capital de Españaña y teniendo en cuenta a los candidatos que se presentan a las autonómicas, parece evidente que no se podía esperar un clima distinto al de la tensión.

Y es que las campañas políticas han cambiado demasiado con el paso del tiempo. Las pegadas de carteles y los glamurosos mítines abarrotados de gente han quedado a un lado, en parte debido a la pandemia de COVID19, que tanto ha marcado las elecciones catalanas y que será fundamental durante las elecciones a la Comunidad de Madrid.

Así, nos encontramos con una búsqueda constante de la foto y el meme para lograr una mayor visibilidad. La era de la televisión que lideraba todos los espacios de referencia ha dejado paso a internet, y los candidatos deben mostrar las apariencias en todas las plataformas posibles. Quien escriba el tweet más pasado de tono, puede lograr una mayor relevancia en los telediarios que con la entrevista más completa ante periodistas de referencia.

Sin embargo, algo que se observa con mayor preocupación resulta de la intolerancia vigente en algunas de las celebraciones de los mítines políticos. En este caso, nos referimos a los sucedidos a uno y otro lado, en los extremos del espectro político que componen los partidos de Españaña.

Y es que hemos llegado a ver cómo estos políticos llegan a disfrutar de todas los capotes que les echan sus haters. En primer lugar ocurrió con Pablo Iglesias, cuando un grupo reducido de personas de ideología de extrema derecha le increpó en plena calle, ante lo que respondió acercándose y encarando a estos individuos, algo celebrado por los grupos de izquierdas y denostado por los del sentido contrario. Algo que ha quedado en una anécdota pero ha sido la primera piedra de toque ante lo que nos hemos encontrado esta misma semana.

Se trata del mitin de Rocío Monasterio y Santiago Abascal, que ha desembocado en una serie de disturbios por parte de integrantes de grupos de extrema izquierda y posteriores cargas policiales en el barrio madrileño de Vallecas.

Con todo esto sobre la mesa, sólo nos queda abogar por la libertad de expresión ante el odio constante que se observa en toda la política madrileña. Por este motivo, dejemos hablar a todos, aunque no lleven la verdad consigo. Pues cuanto más hable una persona que no tiene razón, más evidentes se harán las mentiras.

La Voz de Medina y Comarca

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