Redacción.- El Bolet?n Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica mañana la resoluci?n por la que se aprueba la modificaci?n del Pliego de Condiciones de la Indicaci?n Geogr?fica Protegida Castilla y León. El pliego de condiciones es el documento que establece las especificaciones t?cnicas y los requisitos de calidad que tiene que cumplir el producto para ser amparado por la IGP Castilla y León, en su denominaci?n tradicional, Vino de la Tierra de Castilla y León.
Con esta modificaci?n se podr?n elaborar vinos de la IGP con las variedades minoritarias recientemente incorporadas a la lista de variedades autorizadas en Castilla y León. Estas variedades minoritarias son: Rabigato o Puesta en Cruz, Rufete Serrano Blanco, Estaladi?a, Gajo Arroba, Mand?n o Garro y Tinto Jeromo.
Asimismo, se incluyen tambi?n las variedades Maturana Blanca y Maturana Tinta, que tienen su origen en la vecina comunidad aut?noma de La Rioja, as? como la variedad Touriga Nacional, originaria de Portugal y que ha demostrado tener muy buenas cualidades enol?gicas en Castilla y León.
La gran variabilidad de vinos que pueden elaborarse dentro de la IGP permite una adaptaci?n más f?cil a la demanda del mercado y nuevos gustos del consumidor. Por tanto, el potencial de esta figura de calidad es muy elevado. Con la incorporaci?n de las variedades minoritarias se abre un abanico de posibilidades para la elaboraci?n de vinos peculiares, con una car?cter genuino y diferenciado que puede resultar muy atractivo para el consumidor de vinos actual.
Recuperación de variedades minoritarias
La incorporaci?n de estas variedades es el resultado del trabajo de caracterizaci?n y recuperaci?n de variedades minoritarias desarrollado por el equipo de investigadores del Instituto Tecnol?gico Agrario de Castilla y León (Itacyl), tras un proceso amplio de prospecci?n llevado a cabo durante más de veinte años en todas las zonas vitivin?colas de Castilla y León, proceso que contin?a en la actualidad.
A la fase de localizaci?n de cepas individuales de las posibles variedades, le siguieron trabajos de descripci?n ampelogr?fica y gen?tica de las que se consideraron más interesantes. A partir de su descripci?n inequ?voca se solicit? y se obtuvo su reconocimiento legal y comenz? su caracterizaci?n agron?mica y enol?gica, confirmando en todos los casos que se trata de un conjunto de variedades con matices muy atractivos y diferencias claras entre ellas y, sobre todo, muy distintas a las variedades que se cultivan actualmente. Otra peculiaridad de la mayor?a de estas variedades es su maduraci?n tardía y buena adaptaci?n a las zonas de procedencia, lo que constituye a priori una ventaja para soportar con mejores perspectivas el calentamiento global.
Vino de la Tierra de Castilla y León
La IGP Castilla y León, conocida por el consumidor por su denominaci?n tradicional Vino de la Tierra de Castilla y León, fue creada en el año 2000 por Orden de 15 de junio de la Consejería de Agricultura y Ganadería. Se trata de la única Indicaci?n Geogr?fica Protegida (IGP) de vino existente en Castilla y León.
Es la figura de calidad vúnica más heterog?nea de la Comunidad Autónoma, ya que su ?rea geogr?fica delimitada abarca todo el territorio.? Los vinos que se comercializan con la menci?n Vino de la Tierra de Castilla y León pueden ser blancos jóvenes, rosados, tintos, espumosos, vinos de aguja, de licor y de uva sobremadura. La diversidad se extiende tambi?n a las casi 200 bodegas que comercializan este tipo de vino. Junto con bodegas de reconocido prestigio que no están adscritas a ninguna de las denominaciones de origen protegidas (DOP) de la Comunidad, y que marcan su propio estilo, tambi?n es utilizado este distintivo por bodegas que pertenecen a alguna de las DOP, destinando a la IGP aquellos vinos de caracter?sticas peculiares no amparables por las denominaciones.
La evoluci?n de la IGP ha sido muy positiva desde su creaci?n. En 2019 el volumen de ventas super? los 168.000 hectolitros por un valor superior a los 50 millones de euros. Dos de cada tres botellas que se venden de Vino de la Tierra de Castilla y León lo hacen en el mercado nacional, mientras que una de cada tres se destina al mercado exterior.
