Redacción.- En un comunicado emitido por Ecologistas en Acci?n exigen al Consejero de Fomento y Medio Ambiente que act?e ya para atacar un problema que en Castilla y León causa cada año un centenar de muertes
«Tras media d?cada de excusas administrativas y judiciales, por sentencia de
22 de junio de 2020 el Tribunal Supremo ha rechazado la Última maniobra de
la Junta de Castilla y León para demorar el cumplimiento de su obligaci?n
legal, declarada hace dos años por el Tribunal Superior de Justicia de esta
Comunidad, de elaborar y aprobar «a la mayor brevedad» los preceptivos
Planes de Mejora de la Calidad del Aire para la media docena de zonas donde
desde 2010 se han superado los objetivos legales establecidos por la
normativa europea y española de calidad del aire para el ozono troposf?rico.
En una sentencia pionera en Españaña, el Alto Tribunal concluye que «la
obligaci?n de elaboraci?n de los planes y programas para la protecci?n de la
atm?sfera y para minimizar los efectos negativos de la contaminaci?n
atmosf?rica que corresponde a las Comunidades Autónomas no está vinculada a
la previa elaboraci?n por el Estado de los Planes respectivos, que le
competen en la materia». La falta de un Plan Nacional espec?fico para el
ozono ha sido durante cinco años la coartada de la Junta para incumplir sus
obligaciones legales en materia de protecci?n del medio ambiente y la salud
pública.
La inactividad del Consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan
Carlos Su?rez-Qui?ones, frente al incumplimiento recurrente desde el año
2010 de los objetivos de calidad del aire establecidos para el ozono por la
normativa española, llev? a Ecologistas en Acci?n a conseguir una primera
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que obligaba
a elaborar planes de calidad del aire en las zonas Salamanca, Duero Norte,
Duero Sur, Monta?a Sur, Valle del Ti?tar y Alberche, y Sur y Este de
Castilla y León, a las que por incumplimientos en años posteriores se
a?adieron Valladolid y Soria y Demanda, sumando una población total de 1,7
millones de afectados.
La sentencia de 19 de octubre de 2018, ya firme, declaraba que la existencia
de valores altos de ozono en prácticamente todo el territorio de Castilla y
León, de Españaña y del sur de Europa, poniendo de relieve que no se trata de
un problema local y regional sino nacional e internacional, «no desvirt?a el
car?cter imperativo con el que los preceptos citados regulan el deber de
actuar de las Administraciones Auton?micas en la elaboraci?n y aprobaci?n de
los Planes de mejora de la calidad del aire».
Los magistrados destacaban hace dos años «que la solicitud de la que dimana
el presente recurso se present? en el año 2016, y que ya en el año 2012, se
aprecian zonas en las que se superan los valores objetivos, como se
desprende de los informes emitidos por la propia Comunidad Autónoma, sin que
transcurridos ya más de seis años [.] se haya adoptado Plan alguno». Se
trataba y trata de una grave negligencia que está poniendo en riesgo la
salud de buena parte de la población de Castilla y León.
El TSJCyL finalizaba declarando que «no puede mantenerse, como pretende la
Administraci?n demandada, que con car?cter previo al desarrollo de los
planes regionales sea necesario contar con un plan nacional, pues, como se
ha expuesto antes, se trata de instrumentos independientes, aunque, eso s?,
con la necesaria interrelaci?n y coherencia entre ambos».
Este argumento auton?mico ha sido ahora refutado con rotundidad por el
Tribunal Supremo, al se?alar que «el r?gimen de elaboraci?n de los planes en
cuesti?n no se establece de manera subordinada y jer?rquica, en raz?n del
?mbito de la Administraci?n estatal, auton?mica y local sino que cada una de
las Administraciones viene obligada por la norma a su elaboraci?n, en la
medida que en al ?mbito de sus competencias concurren las circunstancias,
mediciones y valoraciones que imponen y hacen necesaria su adopci?n, de
manera que la relaci?n entre los distintos planes no se articula a trav?s de
un r?gimen jer?rquico sino de los principios de cooperaci?n y colaboraci?n
entre las Administraciones».
En una reunión concertada el pr?ximo miércoles 8 de julio, Ecologistas en
Acci?n exigir? al Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de
Castilla y León la elaboraci?n urgente y sin más dilaciones de los
preceptivos planes de mejora de la calidad del aire para las ocho zonas
afectadas por incumplimiento legales, de forma que este mismo año se pueda
contar ya con estos documentos, con el contenido legalmente establecido y
medidas cre?bles de reducci?n de las emisiones del tráfico, la industria y
la ganadería intensiva, para ello suficientemente detalladas, programadas y
presupuestadas.
En este contexto, la recientemente aprobada Estrategia para la Mejora de la
Calidad del Aire de Castilla y León, un documento de intenciones gen?rico
sin rango normativo, ha sido una p?rdida de tiempo intolerable para abordar
un problema que según los Últimos estudios del Instituto de Salud Carlos III
causa cada año en nuestra Comunidad un centenar de fallecimientos prematuros
por causas respiratorias y circulatorias. Cada año de retraso en la
actuaci?n engrosa la cifra de víctimas de la contaminaci?n, de las que el
Consejero y todo su Gobierno son corresponsables por su negligencia.
El ozono troposf?rico, tambi?n conocido como ozono «malo» por contraposici?n
al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la
reacci?n entre el di?xido de nitr?geno y los hidrocarburos emitidos por el
transporte y algunas industrias, en presencia de radiaci?n solar. Por
inhalaci?n, provoca irritaci?n de los ojos y vías respiratorias superiores,
reducci?n de la funci?n pulmonar, un incremento del riesgo de enfermedades
respiratorias agudas (asma, EPOC) y el agravamiento de patolog?as
cardiovasculares, con resultado de hospitalizaci?n o muerte.
La Agencia Europea de Medio Ambiente estima entre 1.500 y 1.800 las muertes
prematuras anuales en Españaña producidas como consecuencia de la exposici?n a
niveles de ozono como los registrados habitualmente en verano en Castilla y
León. El ozono, además de para las personas, es t?xico para la vegetaci?n,
da?ando los bosques y espacios naturales y reduciendo la productividad de
los cultivos».
