Luz verde a la Residencia

Redacción.- Nunca antes un proyecto con tanto consenso social había sufrido tan absurda demora. Esta semana se ha firmado el Protocolo para la construcción y puesta en marcha de la Residencia de la 3ª edad, quizás no es el momento de buscar culpables pero sí de hacer un repaso a lo sucedido.
Después de ser un punto perenne que se repetía una y otra vez en los programas electorales, pasados 11 años de gobierno del ahora condenado exalcalde Martín Pascual, se decide poner en marcha dicho proyecto, se habilita un terreno que a todas las luces es inapropiado dado su tamaño, con el hándicap de que estaban construidas unas pistas de pádel, se le adjudica deprisa y corriendo a una empresa desconocida que había presentado ya la documentación para dar concurso de acreedores; y para mayor despropósito por intentar justificar que el proyecto estaba empezado en plena campaña electoral y para intentar hacer una encerrona a la actual alcaldesa, se le pide a la empresa que mande una máquina excavadora y derribe las pistas allanando el suelo, como justificación para argumentar que el proyecto estaba en marcha.
Con el cambio de gobierno y la desaparición de la empresa adjudicataria, el nuevo equipo tiene que esperar a la notificación de los juzgados para poder encargar el proyecto a la siguiente constructora del concurso. En este tiempo la Junta de Castilla y León promete públicamente que cumplirá su compromiso adquirido de subvencionar la Residencia, pero cuál fue nuestra sorpresa cuando de la noche a la mañana se retira de los presupuestos regionales la partida comprometida. La Junta de Castilla y León comienza una serie de disculpas a cual más surrealista, alegando un cambio de modelo mientras financiaba otras similares a la de Medina.
Posteriormente esgrime que prefiere dar plazas concertadas y no construir el edificio, lo que supone la entrada de empresas privadas. El acuerdo alcanzado quizás no satisfaga del todo los esfuerzos y reuniones de la actual alcaldesa, pero por lo menos tendremos un centro donde las personas con menos recursos puedan solicitar una plaza concertada.
No puedo acabar esta editorial sin expresar mi admiración y reconocimiento a las mujeres que forman la Plataforma para la defensa de la Residencia y a todos los que participaron en la manifestación que reivindicaba la misma.